Confiad, pues yo he vencido al mundo

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El Señor siempre nos a hablado palabras de confianza y seguridad a través de su palabra. Jesús dijo: Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. (Juan 16:33)

El Señor sabía que en éste mundo tendríamos aflicción por las tantas dificultades y tribulaciones que tendríamos que pasar, en medio de ésta tierra que peregrinamos. Porque en el mundo en el cual habitamos, como sistema de vida, está "absolutamente" regido por el pecado, la competencia, él egoísmo, la mentira, la lujuria y la avaricia. Todo ésto por obra de Satanás, príncipe de éste mundo. 

Lamentablemente, vivimos en una selva llena de depredadores, dónde viven los más poderoso y fuerte, y el débil está a merced de estos enemigos. Sólo los que permanecen unidos a Cristo sobreviven, pues la maldad en el mundo no seas, al contrario, va en aumento y por eso no hayamos paz, solo aflicción.

Jesús sabiendo de antemano todas estas cosas, por eso nos enfatiza y nos manda (como una orden), a que confiemos en Su Palabra y en el hecho, de que sí Él venció, entonces nosotros también venceremos en Él. Pero es sólo en Él, unidos a Él que podremos lograrlo. Unidos a Cristo, como la vid y el pámpano, pues separados de Cristo nada podremos hacer, ni alcanzar ni vencer. (Juan 15:5)

Jesús nos dejos esa palabra como seguridad y fortaleza para nuestra alma, para que descansemos en esa promesa y alcancemos la paz que esa gran verdad nos da por medio de la fe. Pero debemos creer para que así suceda, en Su Nombre.

Lamentablemente, muchos buscamos la paz en otras cosas, creemos que si tenemos o alcanzamos x cosa, seremos felices y tendremos paz. Y resulta que cuando lo alcanzas, te das cuenta que no era así, y ese vacío al contrario, se va haciendo más y más grande. Porque ese vacío tiene nombre: Jesús

Debemos entender que la Paz de Cristo no la vamos encontrar en éste mundo, ni  en el éxito,  eni en el cumplimiento de metas y propósitos, ni en los negocios, ni en las posesiones, ni en la familia, ni en los amigos y mucho menos encontraremos paz en el país de dónde somos o en dónde vivimos.

Así que tengamos cuidado en dónde estamos buscando paz, porque nuestra paz sólo está en el Señor Jesús, sólo de El proviene. Él habló y afirmó esas palabras de paz para que por medio de la Fe, se active en nosotros, y nos de LA PAZ que tanto necesitamos y anhelamos. Esa palabra le dará paz, primero a nuestro espíritu y luego a todo nuestro ser.

Recuerda que si buscamos alcanzar lo que el mundo nos ofrece, sus deleites y placeres, tendremos que hacernos amigos de un mundo que nos constituyo enemigos de Dios (Santiago 4.4). Amigos de un mundo de mentiras, porque nos ofrece muchas cosas, pero no nos la presenta como lo que son: AFLICCIÓN. Más si nos hacemos amigo de Dios, entonces encontraremos enemigos visibles y ocultos, adversarios por todos lados, dentro y fuera. Y es que cada rincón, cada esquina, se podrá convertir en una emboscada para ti. Por eso necesitas estar unida al que todo lo ve y al que todo lo sabe, para debajo de sus alas puedas estar segura.

Pero que esa cobertura de Dios nos arrope por completo, debemos reconocer que la aflicción no solo viene del mundo, pues si miramos muy detenidamente nuestro interior a la luz de la palabra, nos daremos cuenta que aún nuestro corazón es engañoso sobre todas las cosas, y desesperadamente malvado y perverso, y eso también nos llevará a la aflicción y la desilusión.

Pero hay esperanza en Jesús: Más confiad, yo he venció al mundo
El Señor es más fuerte que el mundo que nos aflige, Jesús, venció a este mundo para traernos paz.  La paz de Dios que sobrepasa mi entendimiento, esa paz nos cubra y nos envuelva con poder y fortaleza.

Su poder y su  fuerza son más grande que cualquier aflicción y batalla que podamos enfrentar. Su mano se extiende con misericordia como se extiende para salvar a Pedro cuando se hundía en la mar; y esa misericordia también nos alcanza  a nosotros hoy en dia. Es una promesa que permanece viva para siempre, por eso, hoy a pesar de nuestras aflicciones, decidamos confiar en Él, en su fidelidad, y esperar en la verdad de sus promesas.

OREMOS
Amado Dios y Señor de mi alma, te doy gracias por la paz que me das. Gracias porque tu paz va más allá de las aflicciones que el mundo continuamente me ofrece. Aflicciones que el mundo disfraza de supuestas bendiciones, para engañar; pero los que estamos en ti, unidos a ti, no seremos engañados, más bien, seremos guardados en ti por la fe. Y es por la fe que mi confianza en ti crece cada día más cuando recordamos que tú Jesús, venciste al mundo que me aflige y en ésta confianza quiero permanecer y vivir hoy y siempre. A pesar de las aflicciones que en el mundo podamos encontrar, en ti Jesús, permanecemos fuertes y seguros; porque la confianza que proviene de ti, sacia, satisface y llena el alma. Te damos gracias y descansamos en tu paz, en el nombre de Jesús, Amén.

Con amor, Vanessa Sev D'Martinez ೃ༄*ੈ✩
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