Cuando ya no tienes fuerzas para seguir

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A veces sentimos que ya no podemos más, pero ahí es cuando Dios nos sostiene con su fuerza perfecta.

MEDITANDO UNA PALABRA
Hay momentos en la vida en los que simplemente nos sentimos agotadas. No es sólo un cansancio físico, sino uno del alma. Nos levantamos y hacemos lo que tenemos que hacer, pero por dentro llevamos un peso que parece imposible de cargar. A veces nadie lo nota, pero nosotras lo sentimos profundamente. Es como si estuviéramos caminando por obligación, no por convicción.

Es en esos momentos cuando Dios quiere hablarnos de una forma muy especial. No para decirnos que sigamos por nuestras fuerzas, sino para recordarnos que Su poder se perfecciona en nuestra debilidad. Cuando ya no podemos más, Él puede. Cuando ya no tenemos lágrimas de tanto llorar, Él se habrá encargado de recoger cada una. Cuando ya no vemos salida, Él traza caminos en el desierto.

Llevas la cuenta de mis lamentos. Has recogido todas mis lágrimas y las has guardado en un frasco. Has anotado cada una de ellas en tu libro. Salmos 56:8

Dios no está buscando mujeres fuertes en sus propias fuerzas, sino mujeres dispuestas a reconocer que necesitan de Su ayuda. Y si hoy, tú estás cansada, agotada o rota… no te sientas culpable. Tan solo acércate a Él tal como estás y El se encargará de restaurar cada área de tu vida que necesite de Su intervención. 

Él es nuestro refugio, amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones (Salmos 46.1).

Recuerda que tu valor no está en cuántas cosas logras hacer, sino en quién eres en Él. Por tanto, nunca olvides, que tu no estás sola, y no necesitas demostrar nada para recibir Su amor. Él te ama en tu debilidad, en tu silencio, en tu agotamiento, en tu debilidad, en tu soledad. El te ama en todas tus facetas y etapas, El te ama en todo tiempo. Y porque te ama, hoy te llama a descansar…  a tomarte una pausa, un respiro, para recargar fuerza y poder continuar de Su mano afrontando con valentía todo lo que llegue a tu vida que puedas controlar. Porque lo que no puedas controlar, debes aprender a soltarlo en Sus manos.

Así que hoy, suelta lo que no puedes controlar. Libérate de la carga de aparentar y de cualquier otra cosa que este siendo una carga en tu vida. Permite que Dios te renueve desde dentro. Tal vez no cambien las circunstancias de inmediato, pero sí cambiará tu corazón en medio de ellas, que es lo importante. 

Eso es lo que hace Su presencia: transforma desde adentro hacia afuera.

UN LLAMADO A LA ACCIÓN
Tómate hoy unos minutos para descansar en la presencia de Dios. No hagas nada, tan solo está con Él. Entrégale en oración tu cansancio, tu estrés, tus cargas, tus miedos e inseguridades. Escríbelas en una hoja y al final di: “Señor, ya no lo puedo más con esto, por eso hoy te lo entrego a Ti”. 

Luego, respira profundo y cree que Él lo hace y te está sosteniendo.

ALIMENTO PARA EL ALMA

Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Mateo 11:28 (NVI)

OREMOS
Señor, en medio del cansancio y el agotamiento, corro hacia Ti. No tengo fuerzas, y por eso vengo a recibir las tuyas. Toma todo lo que pesa en mi corazón. Hazme descansar, no solo físicamente, sino espiritualmente. Líbrame de la presión de tener que ser fuerte todo el tiempo. Recuérdame que en Ti puedo ser frágil y ser amada igual. Gracias por sostenerme incluso cuando siento que ya no puedo más. Amén.

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