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Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!
FILIPENSES 4:4
El gozo del Señor puede fortalecer e iluminar tu vida ante cualquier circunstancia. Nunca estamos solos, pues El Señor siempre permanece con nosotros sus hijos. El nos sacia con su amor y el gozo de Su Presencia siempre está accesible para quienes lo buscan.
A través de una vida en santidad y apasionada por Dios, llena de fe y de confianza en El; es que aprenderemos habitar y permanecer con gozo a Su Presencia. Y eso inundará nuestras vidas de gozo y plenitud en Él. Sin embargo, eso no indica que en este mundo no tengamos aflicciones. Pues escrito está:
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16:33
Así que cuándo las vicisitudes de ésta vida me quieren ahogar en la tristeza y quieren desenfocar mi mirada en El Dios de mi Salvación, de inmediato yo comienzo a declarar Su Palabra, y en voz fuerte y audible digo:
«Jesús, tú eres mi Gozo»Y aunque ahora mismo no entiendo lo que sucede ni pueda ver lo que estás haciendo a mi favor, sé que mañana lo veré y podré comprender. Sé que TÚ luz brilla sobre mí y me guías; porque no estoy sola, TÚ estás conmigo. Señor tu eres mi fuerza y esperanza, Jesús tú eres mi salvador. Por eso a ti clamo y en ti me alegraré sin importar la situación presente ni mis debilidades; porque sé que cuándo soy débil, tú Jesús, me haces fuerte en ti (2 Corintios 12:9-10).
Es necesario que en nuestro diario vivir, nos mantengamos buscando y llenándonos cada día del gozo del Señor y que lo manifestemos en todo tiempo con acción de gracias. Tan sólo meditemos en todo lo que Dios ha hecho por nosotros, en todo lo que hoy somos y tenemos gracias a Él. Esto nos llevará más allá de nuestras circunstancias.
Como hijos discipulos de Cristo, el Señor nos ha otorgado el poder para elevarnos por sobre las condiciones de nuestra vida. Esto es a través de la Fe y el poder de Su Palabra, cuando la hablamos confiadamente. Además, el Señor nos ha llenado con Su Santo Espíritu, el cual es nuestro guía y ayudador. Es decir, que no estamos solos, pero debemos creerlo y accionar en ello bajo su guianza y dirección, con acción de gracias (valga la redundancia).
Debemos ser conscientes de que El Santo Ayudador tiene Poder ilimitado, y siempre que pidamos conforme al reino de los cielos con fe, y si nuestra petición se alinea a la voluntad del Senor, entonces ese poder se manifestará con Poder a favor de nuestra vida y circunstancias.
Además, no olvidemos que todo lo que podamos padecer en esta tierra es pasajero. Al final nos espera un futuro mejor junto a Dios en el cielo. Pues ÉL nos prometió que volvería y nos llevaría con ÉL al cielo, para que estemos para siempre donde ÉL está.
En definitiva, cuando veas tu mundo parece oscuro, entonces es tiempo de iluminar tu perspectiva enfocándote en Dios; el único Dios misericordioso, fiel y verdadero. Tan sólo descansa en Su Presencia y escúchale decirte a través de Su Palabra:
«¡Hijo mío, Yo Soy tu gozo y fortaleza.
Yo estoy contigo y nunca te dejaré!».
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