Entre el saber y el hacer


Hoy quiero hablarte sobre el saber y el hacer, que muchas veces como cristianos sabemos mas no hacemos. Por ejemplo, la cita bíblica que reza de la siguiente manera: Estad quietos, y conoced que yo soy Dios (Salmos 46.10); cuantas veces la hemos escuchado y la hemos leído. Pero a la hora de aplicarlo, lo olvidamos por completo lamentablemente.

Como cristianos deberíamos tomar más en serio ésta palabra, pues quienes lo hacen; es decir, que viven ésta palabra; vemos cómo las bendiciones fluyen en sus vidas como corrientes de agua viva. A la medida que estos creyentes permanecen en quietud, concentrados en Dios y Su Palabra; vemos como su fe y percepción de Jesús se expande en ellos, haciendo que la importancia de sus problemas disminuyan.

El Señor quiere que todos seamos participes de esas bendiciones que nos proporciona Él amado al creer en Él y declarar Su Palabra. Dios quiere que también aprendamos apartar tiempo para estar a solas con Él, meditando en Su Palabra. Para que la palabra de Dios nos transforme y ciña por completo nuestra alma, mente y espíritu. Entonces podremos ponerla por obra en todo tiempo, como corresponde. Ya no será simplemente algo que sabemos, un conocimiento más; sino también, algo que ponemos por obra.

Sólo así podremos descansar en Su Presencia, en medio de este mundo tan agitado podremos hallar reposo en Él; porque es allí, en el descanso de Su Presencia, dónde el Señor aclara nuestros pensamientos y nos ayuda a ver las cosas más bíblicamente. Para de esta forma podamos tomar mejor decisiones, y sepamos bien como y cuando actuar ante cada situación de la vida, conforme a la palabra de Dios.
 
La palabra de Dios es una lámpara que guía tus pasos y alumbra tú camino. Los pensamientos bíblicos de Dios van alumbrando delante de ti, de modo que no tengas posibilidad de extraviarte.

Es absolutamente importante entender que quien nos guía es Dios, El todo poderoso. Él nos hizo y suyo somos; Él nos cuida como a ovejas de su prado. No estamos solos, y con Él no seremos confundidos ni avergonzados. Recuerda que las ovejas tienen una comprensión bastante limitada en cuanto a lo que su pastor está haciendo por ella, pero de todos modos lo siguen. De igual manera, como «oveja», tu deber es confiar en Dios e ir a donde Él te guíe.

Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.
SALMOS 119.105

RECONFORTA TÚ CORAZÓN CON LA PALABRA DE DIOS 



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Con amor, Vanessa Sev D'Martinez ೃ༄*ੈ✩
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