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Y mientras pensaba en eso, me reconfortaba saber, que aunque mis padres no me llamaban así, existe un Dios que si lo hace. Porque cuando las escrituras hablan de un Pastor y sus corderos, puedo sentir en mi corazón que se refiere a Jesús como mi buen pastor y a mi como su corderito.
Porque somos los preciados corderos del buen pastor.
Permíteme contarte la historia que escuche:
Hubo una vez un hombre occidental que un día viajaba con unos amigos en unas caravanas por el desierto, y mientras iba de camino ocurrió un accidente. El carruaje en el que iba el hombre se había desviado del camino. Y no solo el, toda la caravana.
Encima de la colina había otro hombre con túnicas largas hablando con el conductor del carruaje que estaba delante. Y a pocos metros estaba su pequeño rebaño de ovejas.
El conductor del carruaje en el que iba el hombre occidental explico, que el conductor que iba delante había atropellado y lastimado una de las ovejas. Así que el occidental le dijo a su conductor que el estaba dispuesto pagarle por los daños ocasionados, y que el pastor matara al cordero y que repartiera la carne entre la gente para que no hayan perdidas.
Pero el conductor le dijo que el pastor no aceptaría eso, nunca lo hacen. Y el hombre occidental le pregunto ¿por qué?, y el dijo: por el amor que siente hacia sus ovejas.
Ellos observaron mientras el pastor levantaba al cordero herido en sus brazos y lo colocaba en los pliegues de su túnica. El seguía acariciando al cordero y repetía una y otra vez la misma palabra.
Cuando el occidental le preguntó al conductor que significaba esa palabra, le dijo: esta diciendo su nombre.
Cada una de sus oveja tiene un nombre, porque el es su pastor y los buenos pastores conocen a sus ovejas por su nombre.
En Isaias 40:11 se nos promete que en su brazo recogerá los corderos, y en su seno los llevará. Si algo debemos de recordar o sentir en esta época de navidad, es que somos suyos.
Jesus nació para elevarnos de manera personal y, aunque no haya nacido justamente en este día o en este mes, es simplemente la navidad una forma de recordar que un día como hoy Jesús nació con el fin de salvarnos.
Pero Isaias también nos advierte que todos nosotros nos hemos descarriado como ovejas. Es posible que en algún momento nos hayamos sentido como corderitos errante o incluso, como oveja perdida. Pero recuerda, todos somos corderos heridos que necesitamos del buen pastor, quien nos mecerá en los brazos de su amor.
Ser mortales significa que hay cosas en nosotros que están rotas y necesitan ser reparadas. Y pienso que hoy es un buen día para reconocer que necesito del redentor, que necesito de Su transformación. Meditar en todo lo que Jesús hizo por mi, desde su nacimiento hasta su muerte y resurrección; me lleva a reflexionar sobre mis acciones y me hace reconocer mis fallas… pero justo ahí, se me compunge el corazón, porque no bien termino de reconocerlo cuando recuerdo que en algún momento ya había reflexionado sobre ello, y al parecer nada cambió. Y eso me hace sentir verdaderamente abatida. Este sentimiento, ¿te resulta familiar?
Si te sientes abatida, entonces cierra tus ojos y escucha al Pastor de Pastores llamarte por tu nombre. Eres ese corderito errante y herido que El levanta en sus brazos mientras pronuncia tu nombre y te coloca sobre su túnica, para acariciarte y vendar tus heridas con amor.
Que el brillo que destella la navidad no te cieguen con su luz, que el ruido de la música no te ensordezca incapacitandote escuchar Su voz, que la gala y el glamur no te distraigan del verdadero significado de esta navidad, y que la multitud no te distraigan para encontrar el momento para ir a su encuentro.
Dios quiere darte vida, gozo, paz y alegría en este día. Porque hoy es Navidad, un buen día para recostarte en su regazo y con su amor ser saciado mientras El te llama por tu nombre.
🎄 Feliz Navidad 🎄
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