En Dios podemos confiar

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Oh Jehová, ¿por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte?  

—Éxodos 32:11 

LECTURA COMPLETA: ÉXODO 32.1-14 

Muchas veces pensamos que Dios nos va a rechazar si pecamos demasiado, pensamos que sí no leemos la Biblia y oramos a diario Él se va a disgustar y nos va abandonar. Y aunque es cierto que es un deber de todo cristianos esforzarse por orar y leer la palabra de Dios, cada día y cada noches, no es menos cierto que su Gracia es Inagotable, su misericordia es para siempre. 

Y es ése mismo descuido de lectura bíblica lo que hace que erremos en esos vanos y confusos pensamientos. Porque sólo la palabra de Dios es lo suficientemente capaz de renovar nuestra mente y pensamientos, más sí no la leemos cómo entonces podremos ver esos cambios de mentalidad que tanto necesitamos para no vivir creyendo cosas que no son, y que sólo son producto de nuestra propia limitación humana. 

Vemos a Dios con nuestra propia naturaleza, y bajo nuestras limitaciones pensamos y creemos que Dios igualmente se limita, y no puede ni debe ser así; pues Dios sobrepasa de forma sobrenatural nuestra naturaleza y nuestros propios pensamientos y entendimientos.

Amados, es tiempo de que entendamos que nuestra salvación y confianza en el Padre celestial, debe basarse sólo en su carácter inmutable. Que no se muda, pues en Él no hay sombra de variación.

Dios nunca cambia. Fue Dios quien creó todas las estrellas del cielo, y es quien nos da todo lo bueno y todo lo perfecto. —Santiago 1:17
Ahora bien, no confundas gimnasia con magnesia, no estoy diciendo salvos siempre salvos por gracia... No, nada que ver, pues entiendo y creo que sí podemos perder la salvación, sí no fuera así, Dios no nos mandaría a cuidar la misma con temor y temblor (Filipenses 2:12). Y aunque sí somos salvos por gracia, ésta la podemos perder, PERO, no es algo que Dios nos quita, sino que nosotros mismos perdemos como consecuencias de nuestras malas acciones continuas, alejados de Dios sin mostrar arrepentimiento.

Es así como podemos perder la salvación, pero mientras mostremos arrepentimiento, mientras Dios vea que aunque fallamos nos esforzamos por no hacerlo, Dios ve que anhelamos cambiar y le rogamos a Él nos ayude haciendo esa obra maravillosa en nosotros. 

Cuando Dios ve esa actitud en nosotros, aunque hayamos fallado, aunque hayan días en los que nos fuimos en blanco sin orar o leer la palabra, aunque no seamos los más firmes y fieles del mundo, espiritualmente hablando.. créeme que a pesar de eso, el amor de Dios no se mudará de nuestra vida, porque a diferencia de nosotros Él sí es fiel y se mantiene firme en su amor hacia nosotros. Porque su gracia en nosotros es para siempre y ese "para siempre" lo avala y lo respalda su propia justicia.

Mientras te esfuerces cada día por ser mejor, mientras lo intentes una y otra vez, mientras no te rindas de forma definitiva (cómo muchos lamentablemente han hecho), mientras tú no lo hagas, créeme que no será Dios quien te de la espalda. Porque el sabe que fallaremos, y es ahí cuando Él nos recuerda que es por gracia. Nos recuerda que aunque nos equivoquemos, que aunque fallemos... aún en medio de esas fallas y errores entrará su GRACIA DIVINA a cubrirnos.

Tal proceso desarrollará en nosotros humildad y nos ayudará de cierta forma a estar humillados ante Él, reconociendo que sin Él nada somos y nada podremos hacer.

Entiende que la falsa creencia de que Dios rechazará a una persona que ha salvado, sólo surge de una visión simplista de su naturaleza. Tendemos a atribuirle a Dios nuestras propias emociones, por ejemplo, hay momentos en los que podemos asumir que Dios está enojado, o bien, que está feliz con nosotros; cuando en realidad, la naturaleza del Padre celestial es mucho más compleja de lo que por nosotros mismos podamos imaginar. 

Veamos éste ejemplo ilustrado para que tengamos una idea más clara y de forma simple podamos comprender su complejidad. Por ejemplo, desde la perspectiva de nuestras propias emociones simultáneas, podremos comprender que así como amamos a un hijo incondicionalmente, podemos al mismo tiempo sentimos molestos por sus acciones, de igual forma pasa con el Padre celestial y nosotros sus hijos. 

No le atribuimos a Dios nuestras emociones, solo ilustramos un ejemplo para que usted entienda el amor del Padre por usted de una forma más simple sin que se torture mental y emocionalmente, ni se condene usted mismo tratando de obtener una perfección que Dios no le ha demandado. Más bien te dice: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en tú debilidad. —2 Corintios 12:9

Recuerda que la ira justa que llevó a Dios a amenazar a los israelitas con el castigo, no alteró ni por un instante su cuidado por ellos. Con amor eterno se mantuvo el Señor cuidando de su pueblo. Así mismo, lo hace contigo y conmigo. 

Sí, Dios se enoja, Dios castiga... como cualquier padre responsable lo haría, cuanto no más Dios. Pero cualquier enojo, castigo o consecuencia que permita como producto de nuestras erróneas acciones, no podrán inmutar su amor por nosotros. Y creo que es ese amor unido a su fidelidad, lo que impide que nos abandone aunque quisiera si fuera el caso. 

Algunas personas señalan pasajes como el de hoy para tratar de probar que Dios cambia de opinión, y que por tanto, podría Dios reconsiderar lo que ha prometido. Pero Él sabía que Moisés intercedería por el pueblo, al igual que sabe, cuándo nosotros no cumpliremos con sus normas, es allí dónde entra Jesús en acción, intercediendo por nosotros ante el Padre. 

Dios nos rescató de la muerte a través del sacrificio de Jesús, por tanto, en su principio, Él se niega a darle la espalda a sus hijos; que han sido lavados con su sangre. Recuerda que la inmutabilidad de su naturaleza significa que el Altísimo nos amará, aun cuando fallemos. ¡Definitivamente, podemos confiar en él amor de Dios.. No lo dudes más, en Dios podemos confiar!

Dios te bendiga ♥ Con amor escribe, tu amiga y hermana en la fe
Vanessa Martinez, Ministerio Mujer Escogida © 2020 — Mateo 22.14
“El-Roeh”, el Dios que me ve!! “Jehová Ishi”, esposo mío, mi Dios y salvador!!!