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Quien diria que ya estamos en el mes Mayo,
es increíble ver como el tiempo va tan rápido
pues parece que fue ayer
cuando en año nuevo celebrabamos.
El tiempo es implacable e indetenible
no conoce misericordia ni se detiene para esperarte
no se adapta a tu ritmo para a ir a la par contigo.
Es fugaz como el viento, capaz de almacenar
miles de memorias y recuerdos infinitos.
Así de imponente es el tiempo,
dándote pequeñas señales como alerta
para que te adaptes a su ritmo,
o te quedes encapsulado en el olvido.
(c) Vanessa Grace D’Marthinez
Amado amigo/a que me lees, como ves, el tiempo no se detiene; y esta es la señal que nos indica que tampoco nosotros debemos detenernos para que nuestro hoy no sea aun en el presente como un ayer.
Vivamos cada día como si fuera el último, pues plátano maduro no vuelve a verde.
El dia de hoy, no volverá jamás, no lo des por poco ni lo desperdicies; mejor vivelo al maximo sin temor a nada, solo a Dios.
Vivir el dia a dia al ritmo del tiempo express que se vive hoy en dia, no es cosa fácil. Es estresante, una locura real y una dura realidad que nos vemos obligados muchas veces a experimentar. Nos vemos forzados a ir al ritmo del tiempo para no quedarnos estancados en el pasado con sueños inalcanzados.
El tiempo muchas veces es cruel pero también sabe ser favorable, según sea la vida y estado emocional de la persona que lo afronta. El tiempo, simplemente es un reto indetenible e impredecible.
La clave es no desenfocarte del autor de tu historia, la clave es no desconectarte de quien dirige tus pasos para que seas un presente viviente que plasma en las líneas del tiempo su historia, y no un pasado presentes sin vivencias ni recuerdos.
Dios es nuestra fuerza y nuestra ayuda, el nos guiará con sabiduría para que podamos vivir plenamente en este tiempo sin ser enloquecidos por su ritmo express.
Solo Dios es capaz de enseñarnos a ir al ritmo del tiempo, haciendo cada cosa a su tiempo cuando sabes que hacer y sabes para existes. Así no te sentirás que has vivido una vida sin haberla vivido ni haber alcanzado lo anhelado de tus sueños, eso sueños que un día nacieron de Dios en tu corazón.
Simplemente, no vivas por vivir,
vive mejor, a la manera de Dios.
Porque en Dios podremos descansar aunque el tiempo mismo no se detenga, y volver a recargar para continuar confiados y enfocados a la meta. En Él y sólo En Él, se encuentra todo lo que necesitamos para no enloquecer ante la tensión de este mundo express.
Con cariño, tu amiga y hermana
(c) Vanessa Grace D'Marthinez
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