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Cuando pases por el agua, estaré contigo... Isaías 43:2
En la Biblia, 1 Juan 4:18 dice:
"No hay miedo en el amor. Al contrario, el amor que ha logrado su objetivo se deshace del miedo, porque el miedo tiene que ver con el castigo; la persona que sigue temiendo no ha llegado a la madurez en el amor".
Solía pensar que el amor desterró el miedo, lo eliminó, y por ende, que nunca lo sentiría.
Si en el amor NO hay miedo entonces debería crear un estado de seguridad, ¿verdad?
Pero no!!
Bueno, si lo hace, todavía no lo he experimentado. Incluso en el amor, amor a Dios, amor de Dios, amor al prójimo, amor a mí mismo… en todo el amor que existe en mi mundo, aun todavía siento miedo. Todavía está presente. Y es que a veces, cuanto más amas, es cuando más miedo parece haber.
Nadie me dijo que convertirme en madre sería lo más aterrador que haría en mi vida. Nadie me dijo que enamorarme y comprometerme a tener una relación con otra persona por el resto de mi vida sería una empresa arriesgada y los riesgos que la misma implica han acarreado ciertos miedos en mi. Es como si el amor pudiera crear la tormenta perfecta de miedo...
¿ENTONCES, que hacemos con eso?
En hebreo antiguo, la palabra miedo es Yirah, y tiene tres significados: miedo, asombro y reverencia. Puede usarse indistintamente para definir estos de manera singular, pero también conlleva la posibilidad de que podamos tener una experiencia en la que no hay límite entre el miedo y el asombro y la reverencia, todo lo cual se muestra en una experiencia fusionada, un estado emocional que no logra tener una palabra inglesa equivalente.
Yirah también significa "ver", que está ligado a su definición de "asombro". Lo cual nos enseña a prestar atención a la realidad y advierte que si no lo hacemos, sufriremos las consecuencias.
La realidad siempre tiene un elemento de miedo, porque no podemos controlar a otras personas, ni todo lo que nos pasa, ni las cosas que suceden dentro de nosotros con respecto a reacciones químicas y/o enfermedades. Lo único sobre lo que tenemos control es a nuestra respuesta.
No hay miedo en el amor porque el amor no está motivado por el miedo. Sin embargo, eso no significa que el amor no deja espacio para el miedo, solo escucha lo que tiene que decir, el amor es compasivo y amable, toma lo que necesita y deja el resto. De hecho, creo que eso es exactamente lo que hace el amor.
Cuando puedes amarte a ti mismo a través del miedo e incluso aprender a estar agradecido de que el miedo exista, agradecido de que te ha salvado de tomar decisiones terribles y, a veces, ha sido el catalizador de un cambio profundo y significativo, creo que ahí es donde el miedo se convierte en asombro, conciencia, y atención. Donde entran en juego la maravilla, la belleza y la gracia. Creo que así es como vivimos conscientes, despiertos y vivos en el mundo: con los ojos bien abiertos, mirando la realidad a la cara con amor.
No es que hayas madurado cuando ya no sientes miedo. La madurez llega cuando aprendes a permanecer en el camino del amor, incluso cuando tienes miedo. El castigo es algo que nos hacemos a nosotros mismos cuando dejamos que el miedo tome el control; cuando no prestamos atención.
Recuerda que el miedo puede paralizar o aclarar, y cuánto amor (en cantidad) permitas que gobierne tu corazón, entonces determinará qué camino tomarás.
¡El amor perfecto de Dios en nosotros pone el miedo donde debe estar!
No temas pasar por las aguas del amor, que no te ahogaras porque Dios estará contigo; siempre que dicho amor sea bendecido y aprobado por Dios.
Dios te bendiga ♥ Desde facebook espero te sea de bendición
Vanessa Martinez, Ministerio Mujer Escogida © 2020 — Mateo 22.14
“El-Roeh”, el Dios que me ve!! “Jehová Ishi”, esposo mío, mi Dios y salvador!!!
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𝑯𝒂𝒑𝒑𝒚 𝑽𝒂𝒍𝒆𝒏𝒕𝒊𝒏𝒆'𝒔 𝑫𝒂𝒚 💌 💕