El significado de la navidad

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Prepararnos para la Navidad significa meditar en su verdadero significado, para que podamos sentir verdaderamente a Cristo y vivir a plenitud Su mensaje.

Lo primero que debemos hacer es tener una actitud de regocijo al recordar el nacimiento de nuestro amado Salvador. Y aunque no sabemos la fecha exacta de tal acontecimiento, igual celebramos el nacimiento del Hijo de Dios, celebramos que un día nació nuestro creador, y por demás, nació también en nuestros corazones. 

La navidad representa a Jesucristo nuestro Creador y Mesías. Por ende es de gran regocijo saber y entender, que el Rey de Reyes vino a al mundo a nacer, crecer y a cumplir su ministerio para bendición y salvación de todos. Y aunque no sabemos exactamente cuando Jesús nació, el gozo en los cielos fue tan grande que no se pudo contener (ver Lucas 2:8–14), por que su nacimiento representaba tu salvación. De tal manera nos amo (Juan 3:16).

Lo segundo es, reconocer el impacto que puede tener la influencia actual de Cristo y su verdad en nuestras vidas. Debemos ser consciente de ello para que en estas fiestas busquemos la manera de implementar que Su influencia llegue a los que visiten nuestro hogar para celebrar en la cena de navidad. 

Es por eso que la navidad es una época épica para que a través de alguna iniciativa, dinámica o actividad hablemos a los presentes (hijos, amigos y seres queridos), quien fue Cristo y lo que hizo por nosotros. Y quizás alguna alma nos podamos ganar. Hagamos que estas navidades sean algo épico, el momento se presta para eso. Ahí que aprovechemos bien el tiempo y hablemos a los presentes sobre Cristo el Hijo de Dios y sobre su intension de salvación. No pasemos por lo alto, de no lo contrario, ¿que es lo que estamos celebrando? Por que si es Navidad, y la navidad es Cristo, entonces no podemos celebrarla sin siquiera hablar de El.

Creo que la navidad debe ser un tiempo de recogimiento y reflexión, un tiempo perfecto para hacernos conscientes de todo lo que Jesus es y representa, un tiempo para que hagamos conciencia del peso conlleva decir o usar Su Nombre. Es por eso que debemos hacer una renovación de nuestra acciones y la determinación de tomar con responsabilidad Su nombre sobre nosotros.

La Navidad es el tiempo perfecto para tomarnos un momento para reexaminar nuestra vida y evaluar nuestros principios, pensamientos, sentimientos y acciones. Evaluemos si aun estos no han sido corrompidos en el camino, pues es muy fácil deslizase y corromperse de tal forma que ofendamos a Dios El asunto es que podamos encaminarnos de nuevo con integridad ante Dios.

Dejemos que ese tiempo de reexaminación sea un tiempo de recuerdo, de gratitud y de perdón. Permitamos que sea una época para meditar en la expiación de Jesucristo y en el significado personal que tiene para cada uno de nosotros. Dejemos que sea, especialmente, un tiempo de renovación plena para volver a comprometernos a vivir de acuerdo a la palabra de Dios, obedeciendo Sus mandamientos. Al hacer esto, estaremos honrando a Cristo, muchos más de lo que lo haríamos con tan solo luces, fiestas y regalos.

Al decir esto no insinuamos que las luces, las fiestas y los regalos sean algo malos, por el contrario, son parte de las cosas maravillosas que complementan nuestra celebración. Más bien, lo que trato de decir es que, además de eso y por sobre todas las cosas, lo que no debe faltar pero que comúnmente falta, es el hablar de Cristo en medio de nuestra celebración; hacerlo presente mediante alguna dinámica en medio de ese momento de meditación y reflexión que hemos separado dentro de nuestra celebración. Y verás como todos tus invitados se llevaran una gran inolvidable experiencia y eso es lo que importa; pues de eso se trata la navidad.

Lo tercero es, tiene que ver con lo que haremos a partir de esa festividad, por el resto del año nuevo que se aproxima. Y se trata de que vivamos cada día aguardando en nuestros corazones, el anhelo de Su venida. Si bien la época navideña suele ser un tiempo para dar una mirada retrospectiva y celebrar de forma conmemorativa el nacimiento de nuestro Señor, a mí me parece que también este debería ser un tiempo para mirar hacia el futuro tanto material como espiritual. Miremos hacia adelante no solo en las metas y proyectos que podamos tener, lo cuales son mas que validos; sino también, que podamos mantenernos pensando en el hecho de Su venida para que podamos vivir preparados para ese día.

Y es que debemos preparémonos para cuando llegue ese día, en el que Jesus venga otra vez por Su Iglesia. Seamos tan sabios como los de la antigüedad, que velaron por Su venida. Y eso es de sabios.

Mis amores, se trata de que al vivir y disfrutar la vida que nos fue dada, no nos desentendamos del dador de la misma. Mantengamos tan cerca de Él como podamos para que nos vaya bien en la vida. Deléitate asimismo en Jehová, y verás como El te concederá las peticiones de tu corazón (Salmos 37:4).

Ruego a Dios que no solo durante esta época, sino que siempre, podamos ver la pureza del relato del nacimiento de nuestro Salvador y sintamos una plena y sincera gratitud por Su vida, Sus enseñanzas y Su gran sacrificio que por amor a nosotros hizo para darnos salvación. Espero que esa gratitud nos haga renovar nuestra determinación de seguirle y de como vivimos para El; y que ademas, nos acerque a nuestra familia, a nuestra Iglesia y a nuestro prójimo. Una gratitud tan grande que nos permita esperar anhelosamente el día bendito de la venida de nuestro amado Señor Jesucristo. Mientras,  te ruego Señor que ese Cristo resucitado viva en nuestros corazón. Amén.

Este es el día que hizo Jehová; nos regocijaremos y nos alegraremos en él.

Salmos 118:24

Finalmente, deseo que la luz de la Navidad ilumine tu camino y te guíe hacia un año nuevo lleno de grandes bendiciones, alegrías y éxitos. En lo posible, comparte con nosotros mediante los comentarios tu opinión, o bien, algunas ideas de dinámicas que conozcas; que sean útiles para integrar a Cristo en nuestra celebración de navidad. Nos estamos leyendo!!!

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